-¡Conchetumadre! Y saliste corriendo fugaz del restaurante, con ese llanto que dejó húmeda la camisita blanca que compraste para ir ese día. Infiero lo anterior; no te la había visto antes. Me gustó el cuello de esa blusita, y asumo, que nunca te vi llorar así. Asumo también que me amas...
Me gustaría quedarme con tu blusita, a ella le encantará.
Cita
Hace 8 años
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