jueves, 3 de diciembre de 2009

Exaspérame.

No es necesario estar solo para sentir que estás realmente solo. Si, porque extiendes tu mano al aire frío y oscuro del vacío, y claro, no hay nada. Camino por la casa, atestada de malos humores, de impertérritos cuerpos en los sillones que no hacen ademán de saludar. Te das cuenta que realmente la cosa es así, que los ojos te pesan porque es horrible mirar como las superficialidades no exentas de egoismo carcomen los pies de la gente. Arrancar? Si, tomo mil pesos los cigarros la tarjeta y salgo. La necesito, es tanto pedir que este un momento para olvidarme del puto mundo? Todo tan burdo, tan asqueroso, pedirle agua de su boca será tanto? Odio la casa. Muros, intervención de mi espacio. La calle? Desde hoy viviré en mi. Y en ella.

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